Fue construido en los astilleros Hasan Alan de Bodrum, Turquía, en el año 1988 y su origen fue privado; en 1994 se reformó el barco para charter en la zona del suroeste turco.
Adquirimos el “Karyam” en febrero del 2003 y después de mucho papeleo con la administración de Turquía, el Consulado Español en Estambul nos autorizó a izar la bandera de España y por último el departamento de exportaciones turco a abandonar el país rumbo a Mazarrón, Murcia.
Partimos del puerto de Marmaris (Turquía) el 8 de mayo con destino al puerto de Rodas, 40 millas al sur. Aprovechamos para comprar más víveres y plantear el resto del viaje, que nos llevaría a cruzar de E a W todo el sur del mar Egeo.
El día siguiente navegamos por el norte de la isla de Tilos, el sur de Astipalia y por fín tras dos días navegando atracamos en el maravilloso enclave de Thira, una isla volcánica, donde reparamos el timón del barco e hicimos un poco de turismo.
Al anochecer pusimos rumbo al sur del Peloponeso para ir a recalar al entrañable pueblo de Ythion donde fuimos recibidos por un vecino del lugar que hablaba español y nos enseñó la localidad. Cenamos pescado al lado del mar y bebimos un fabuloso vino blanco que se fabricaba allí mismo.
El 27 de mayo bordeando la costa sur del Peloponeso griego pusimos la proa rumbo 278º al estrecho de Mesina y tras 60 horas de navegación atravesamos el mar Jónico entre atunes que sirvieron de comida, delfines en la proa y una preciosa calma.
El estrecho de Mesina nos recibió con fuertes vientos de proa que inundaban la cubierta; atracamos en el puerto di Nettuno y cenamos nuestra primera pasta italiana en la ciudad del mismo nombre: Mesina.
Seguimos navegando costeando el norte de Sicilia y recalamos en el enclave medieval de Cefalú y al día siguiente en la industrial ciudad de Palermo para repostar gasoil.
Al anochecer bordeando el cabo del Gallo, con el sol escondiéndose en la proa del Karyam, rumbo 288º a atravesar el mar Tirreno apuntando al sur de la isla de Cerdeña. 50 horas más tarde llegamos a Marina di Capitano, un puerto deportivo situado en la bahía de Cagliari al sur de la isla. Este puerto nos sirvió de descanso y aprovisionamiento durante dos días antes de partir con rumbo a las islas Baleares, ya en España.
Tan sólo a 100 millas de la costa española nos sorprendieron vientos de norte con fuerza 7 que nos hicieron retrasar la llegada al sur de Mallorca entre olas de 4 y 5 metros; el Karyam demostró ser un barco marinero y su tripulación ser unos expertos tripulantes.
Por fin a las 18 horas del día 19 de mayo, el puerto de la Rápita al oeste del cabo Salinas en el sur de Mallorca, nos sirvió de atraque y descanso durante un par de días.
Aunque el terremoto de Argelia se sintió con fuerza en las islas Baleares, rompió el encanto y el descanso de nuestro regreso a España.
El 21 de mayo en Ibiza para visitar la isla, el 22 de mayo para atravesar los freos que separan Ibiza y Formentera y por fin el 23 de mayo a las 6 de la mañana el Karyam atravesaba la bahía de Mazarrón. Amarramos en el puerto pesquero de Puerto de Mazarrón y dimos por concluido nuestro viaje de 15 días a través del Mediterráneo.
La tripulación del Karyam durante la travesía:
Nuestro agradecimiento a:
Antonio Olivares (el hombre sereno), Paco el electricista, José Oliva (el reparatodo), Armando (que hizo todo el viaje completo conmigo) a sus amigo Jesús (el cocinillas) y a su primo de Mallorca.
También al Jordi por su apoyo logistico.
A mi colega el Willy que me consiguió unos fantásticos derroteros de Grecia e Italia.
Al personal del Consulado de España en Estambul.
A mis amigos turcos que me ayudaron en una estancia agradable y a resolver algún que otro problema: Mehmet, Mohamed, Iker, Nüket, etc.
A los amigos que encontramos en el viaje (sobre todo en Cerdeña) y que ellos saben quienes son.
Gracias a todos
Hace poco, tuvimos la mala suerte de conocer la noticia de que nuestro amigo y compañero Armando Sánchez había fallecido después de hacer frente a una enfermedad terminal. Desde esta pagina un abrazo muy grande a su familia: lo único que nos queda por decir es que compartimos las olas pequeñas y las grandes, que siempre fué valiente y querido por el resto de la tripulación. Siempre estarás a bordo con nosotros.
Adiós amigo.
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